En este blog se hacen reseñas de libros digitales; no porque su servidor piense que los mismos son mejores que las versiones impresas, sino porque los precios de las mismas se han vuelto tan elevadas, que para un
bibliófilo como yo es más económico adquirir la versión digital que la impresa.
Sin embargo, ninguna versión digital, por económica que sea podrá reemplazar la gratificante sensación de tener un libro en nuestras manos, abrir la primera página con ese entusiasmo desbordante y sobre todo esto, ese olor que se desprende de un libro recién comprado; un olor que nos acelera el corazón y que muchas veces es la antesala del disfrute de una buena y entretenida obra literaria.
No obstante, son muchas las personas que por dárselas de muy modernas exhiben un comportamiento repulsivo hacia los libros impresos y promulgan a capa y espada la superioridad de los libros digitales sobre los los libros impresos, argumentando razones ecológicas como la tala de árboles para la fabricación del papel, así como lo práctico que resultan los libros digitales al tener miles de ellos en un smartphone o tablets y poder moverse con ellos a cualquier sitio, entre otras muchas razones. En mi caso no menosprecio los libros digitales, ni tampoco niego alguno de los argumentos de las personas personas que no les gustan los libros impresos, pero me parece que dichas personas, en realidad no leyeron mucho en su niñez o adolescencia.
Yo leí muchos libros impresos, tanto en mi niñez como en mi adolescencia y me sumergí en mundos de fantasía y ficción, tanto o me atrevería a decir que inclusive más que aquellos que hoy en día leen cientos de libros digitales de esas temáticas y que muchas veces creen que leer libros impresos es cosa del pasado, cosas de dinosaurios, como muchos de ellos dicen; y aunque actualmente leo muchos libros digitales en mi smartphone o en mi tablet; muchas veces añoro tener algunos de esos libros en versión impresa y poder leerlos tranquilamente en la terraza de mi casa, degustando una buena bebida refrescante que mi esposa prepara tan deliciosamente. Definitivamente ningún libro electrónico jamás reemplazará las sensaciones que produce un libro impreso, y aunque sean cada vez más los que prefieran los libros digitales, siempre habrá personas como yo que siempre tendremos un espacio en nuestra biblioteca y en nuestros corazones para un nuevo libro, lleno de nuevas historias, nuevas aventuras, nuevos romances y por sobre todo un nuevo olor a libro nuevo.
Nada reemplazará al papel.
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