Reseña: El árbol de Judas.

Título Original: El árbol de Judas.

Género: Ficción y literatura General.

Fecha de Publicación: Enero 8 de 2013.

Páginas: 224.

Sinopsis: Los primeros viernes de cada mes; Sara, Teresa y Andreu, amigos inseparables desde su más lejana infancia, se reúnen en el restaurante Fiesole desde hace más de 25 años, para compartir sus experiencias del día a día, reír, recordar y por sobre todo mantener viva esa amistad que siempre los ha unido por tantos años. Pero en esta ocasión Andreu brilla por su ausencia. Ellas no saben si él vendrá a la tradicional reunión, y si su presencia (o su ausencia) determinará el futuro de esta larga amistad, donde una traición amenaza con acabarla, y donde un árbol, llamado vulgarmente el árbol de Judas, terminará por convertirse en el cuarto protagonista de esta interesante obra.

Mi opinión:

Nos encontramos ante una de las mejores obras de la escritora española Silvia Soler. Este libro explora a fondo, de una manera magistral, todos aquellos aspectos que encierran la amistad, pero no aquellas amistades efímeras que se desvanecen con el paso del tiempo y/o cambio de residencia de los involucrados por motivos personales y/o laborales, sino aquellas amistades que resisten el paso del tiempo, las distancias y por sobre todo, a todas aquellas tragedias y percances que suelen presentársenos en el trascurso de nuestra vida. Sara y Teresa son amigas desde que tienen uso de memoria, y pese a sus diferencias sociales, sus pequeñas rivalidades en ciertos aspectos, han demostrado no poder vivir la una sin la otra, y ni siquiera la rutinaria vida de esposas y madres, ha logrado hacer mella en esta fuerte amistad. Aundre siempre ha sido el pegante y a la vez el mediador entre estas dos inseparables amigas, y él tampoco concibe la vida sin sus amigas del alma.

Los personajes están bien desarrollados y sus complejidades los hacen muy interesantes. Sara, una reconocida ilustradora de cuentos infantiles, pertenece a un familia pudiente, de clase alta, y siempre hace lo que se espera de ella, aunque eso signifique renunciar a su propia felicidad, siendo su único aliciente la estabilidad de su matrimonio y el bienestar de sus hijos, aunque su familia en verdad no corresponda plenamente a los esfuerzos de ella. Por su parte, Teresa es una mujer de clase media que quiere hacer lo que la hace feliz, y aparte del amor que profesa a su familia (plenamente correspondido), la cultura y los libros le dan gran parte de esa felicidad; misma que encuentra diariamente en su pequeña tienda de libros y flores. Mientras que Aundre (profesor de literatura), el único soltero de éste trío de amigos y que pertenece a la clase obrera; es el eslabón primordial de la cadena que sostiene esta gran amistad. Aunque en la novela, hay otros personajes que intervienen de manera significativa en la trama, son Sara, Teresa y Aundre los que tienen todo el peso de la historia, y a pesar que esta obra esté narrada en primera persona, en cada capítulo podemos apreciar como cada uno de los tres personajes narra (y recuerda) desde su propio punto de vista, todas aquellas situaciones que han vivido a lo largo de todo el tiempo en que han disfrutado y sufrido por esta fuerte amistad. Las pequeñas rivalidades, los celos y la tolerancia entre estos tres amigos es solo un pequeño precio a pagar por una amistad sin igual.

Lo que más me sorprendió de esta novela, es el final. No es un final malo, no es trágico, pero sin duda es un final al que no estamos muy acostumbrados. Al terminar de leer esta novela no puedes evitar preguntarte: ¿Existen las amistades eternas?, ¿Hasta que punto podemos tolerar y perdonar las acciones de nuestros verdaderos amigos?. Te recomiendo que leas esta novela. No te arrepentirás.

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